Cómo estimular la motivación en el pádel. – WOLF ON WINGS Skip to content

Cómo estimular la motivación en el pádel.


 ¿Cómo se motiva a un jugador de pádel hasta lograr 100 bandejas dirigidas a pared lateral seguidas sin error? ¿Cómo se puede motivar a cualquier deportista de alto rendimiento a practicar largas horas durante los entrenamientos hasta alcanzar la excelencia deportiva? ¿Cómo se puede motivar a un deportista amateur para evitar un abandono deportivo prematuro?

La motivación es un proceso psicológico básico que, si consigues entender adecuadamente, puede ser una herramienta para conseguir alcanzar los objetivos relevantes para ti.

Entender las razones de lo que nos motiva a realizar ciertas acciones se puede convertir en algo muy útil para dirigir nuestro comportamiento y así estar más cerca de alcanzar nuestro bienestar y mejorar nuestro rendimiento.

El constructo motivación procede del verbo latino “moveré”, que significa mover. Etimológicamente nos da la primera señal de un estado o proceso interno capaz de activar, dirigir y mantener la conducta hacia un objetivo. 

Esta variable psicológica es una condición fundamental en el deporte y la vida. Sin la motivación apropiada es muy difícil que los deportistas se dediquen al deporte con la frecuencia, intensidad, duración, sobreesfuerzo, concentración, incomodidad, sacrificio y constancia que este requiere.

A la hora de construir la motivación, es necesario comprender que esta va a estar determinada por las características personales del propio deportista (sus intereses, su forma de ser, sus objetivos…) y características del contexto o ambientales (del papel de las familias, del propio deporte, de los entrenadores/as…).

Para profundizar en la motivación deportiva, es necesario conocer que existen tres grandes grupos de motivación que tendrán consecuencias distintas para los deportistas:

I Motivación Vs Amotivación.

Es la presencia o ausencia de interés en seguir vinculado con la actividad deportiva. Estudios científicos han demostrado que la ausencia de interés se debe a dos motivos principales:

  1. El deportista no se siente competente en su deporte, no siente que cuente con las habilidades suficientes para progresar en su deporte.
  2. El deportista percibe que el deporte no le aporta nada. Esta motivación o falta de motivación  quizás sea la peor de todas. Si desconozco por que estoy vinculado con mi deporte, si no sé qué me aporta es probable que en corto periodo de tiempo acabe abandonando el deporte.

II Motivación extrínseca o controlada.

El interés en la práctica deportiva radica en motivos ajenos a mí. Por ejemplo, el reconocimiento social o las recompensas económicas. Esta motivación, al igual que la anterior, también se vincula con un abandono de la práctica deportiva porque suele tener una fecha de caducidad normalmente.

III Motivación intrínseca o autodeterminada.

La práctica deportiva se debe a factores inherentes a la propia actividad. Por ejemplo, porque nos gusta, porque forma parte de nuestro estilo de vida, porque nos aporta aprendizajes, desarrollo de valores, hábitos o rutinas de autocuidado. Todo esto son elementos vinculados con lo autodeterminado.

La motivación intrínseca se potencia cuando las personas pueden satisfacer 3 necesidades innatas: competencia (sentirse capaces), autonomía (sentir que uno puede iniciar y regular las propias acciones) y relación (sentir que se puede establecer vínculos afectivos con otros).

Esta motivación intrínseca es la que personalmente denomino “motivación de calidad” en tanto que está asociada a una conducta (cognitiva, comportamental y emocional) más adaptativa.  A nivel cognitivo, se vincula más con pensamientos del tipo “Me divierto con este deporte” “Me llena practicarlo”. A nivel comportamental, se relaciona con mayor compromiso con la actividad en el futuro (ejemplo, deportista que destina pare de su tiempo de ocio a desarrollar la actividad, o que llega antes de tiempo para hacer un buen calentamiento). A nivel emocional, se vincula con emociones como la alegría o el orgullo.

Pero… ¿Qué puede hacer el deportista para gestionar su propia motivación? 

Uno de los ejercicios que suelo utilizar en las sesiones con los deportistas con los que trabajo para favorecer su reflexión y toma de conciencia acerca de su motivación, es el siguiente:  

  1. Coge un papel y boli. Anota los distintos motivos por los que prácticas tu disciplina deportiva. (Los más habituales que suelen salir son porque me divierto, porque estoy con mis compañeros de entreno o club, porque me gusta ganar, porque me gusta competir, porque me gusta cómo me siento después, por la contraprestación económica…etc). Se trata de hacer una lluvia de ideas de las razones que son importantes para mí en la práctica deportiva.
  2. Una vez que tienes la relación de motivos, debes clasificarlos en: 
    a) 
    Autodeterminados: Vinculados con la propia actividad y lo que me está aportando.
    b) Motivos externos.
  3. Ahora céntrate en los motivos autodeterminados, en los que dependen de ti. Categorízalos de mayor a menor importancia para ti.

Una vez realizado este sencillo ejercicio, continuamos con la aplicación de la herramienta de Psicología del Deporte de “Establecimiento de objetivos” para reforzar, trabajar y profundizar en la motivación del deportista.

La motivación es una variable que se ha de alimentar continuamente, es “el combustible” de nuestro comportamiento. Algunas estrategias, basadas en los principios de autonomía, competencia y relación social de la Teoría de la Autodeterminación para que un comportamiento esté basado en una motivación intrínseca o de calidad son:

  1. Plantea tus objetivos de forma retadora pero posibles. En ocasiones, lo que lastra la motivación es plantearnos actividades demasiado fáciles o difíciles. Si percibimos una actividad como muy sencilla, tenderemos al aburrimiento, en este caso tendremos que convertirla previamente en retadora. Si la percibimos como muy difícil, quizás desistamos de realizarla; en este caso deberíamos poner el foco en los pasos intermedios que me llevan a ese objetivo final. 
  2. Al enfrentarte a una tarea, intenta tener los conocimientos y habilidades necesarias. Eso redundará en un incremento de la autoconfianza y en consecuencia en un reforzamiento de la motivación.
  3. Haz una lista o un registro diario de los logros que consigas. El tomar consciencia de la consecución de lo que nos hemos propuesto incrementa la satisfacción personal y por ende la motivación.
  4. Establece recompensas para el momento en que termines la tarea o actividad. Prémiate, si consigues lograr aquello que a priori no era sencillo de conseguir.
  5. Comparte tus objetivos o metas con alguien más. Es más probable que la motivación para realizar una actividad surja si el compromiso no surge sólo contigo mismo, sino que lo compartes con alguien más.

 

Jose Antonio Montero WOW

José Antonio Montero

Psicólogo Deportivo WOW Experto en Coaching 

Colegiado M-38419